lunes, 20 de abril de 2009

¡QUE TIEMPO LOCO!

¡Que tiempo loco! decía mi abuela, cuando por la mañana llovía y por la tarde del mismo día el sol brillaba a pleno y hacía un calor insoportable.
¡Que tiempo loco! digo yo, pero no pensando en el clima, sino haciendo referencia al… (Caramba que coincidencia) clima político que se vive hoy en la Argentina.

Muchos me replicarán que no saben de qué me sorprendo, y tienen razón. Sin embargo, mas que sorprenderme, me molesta que no hayamos aprendido nada en 200 años de insipiente historia. Como una noria que gira y gira para no ir a ningún lado, repetimos rutinariamente la gimnasia de dar vueltas para volver siempre al mismo sitio. Traiciones, golpes, cipayizmo, egoísmo exacerbado, parecen ser lugares comunes en la historia de nuestra nación.

¡Que tiempo loco! Machacamos con la “borocotización” y nos olvidamos de cuantos, al momento de asumir algún cargo, olvidan en un segundo lo que prometieron toda la vida. “Si io hubiera dicho lo que pensaba hacer nadie me hubiera votado” Dijo un innombrable, y besó al genocida en su lecho de muerte, no sin antes entregar el control de la economía del país a lo peor de la derecha vendepatria. “Hay que pasar el invierno” dijeron estos alguna vez, y el invierno se prolongo más de la cuenta, comenzando allá por el 55, pasando por el cataclismo de los 70´, hasta el terrible temporal del 2001. Recién 2 años después comenzó a llegar la primavera. Ojo, no estoy haciendo apología K, simplemente me atengo a lo que dicen los números, a lo que indican los datos estadísticos. “Vientos de cola” reclamaron algunos. Puede ser, pero si yo quiero volar en sentido contrario, esos vientos de poco me sirven.

¿Por qué nos cuesta tanto ver las cosas tal cual son? ¿Por qué somos tan propensos a que otros piensen por nosotros? ¿Será porque somos los sobrevivientes al exterminio intelectual? ¡Che, no se ofendan! Yo estoy incluido, ¿El gobierno? ¡Si, el gobierno también! No puedo señalar la constante metamorfosis de algunos dirigentes o ex gobernadores, que de golpe y porrazo llegaron de, valla uno a saber que planeta, y ahora critican con saña lo que hasta ayer defendieron con uñas y dientes, y lo peor es que hay quienes los aplauden. Digo, no puedo señalar esto y olvidarme de quien propone dejar de robar por 2 años, o los caudillos y capangas del conurbano, haciendo militancia pingüina desde la primera hora. Algún “cuadro político” que conozco, dirá con sincera resignación “El General nos enseñó que de vez en cuando hay que tragarse algunos sapos.” ¿Que diferencia habrá entre digerir un sapo o un dinosaurio?

¡Que tiempo loco! Hoy se puede denunciar sin pruebas y mancillar el buen nombre de cualquiera sin consecuencias, y además constituirse en “la reserva moral de nuestra sociedad”. O levantar los brazos de quien hasta ayer era un inútil inoperante, sino un corrupto, y presentarlo como “el compañero que nos prestigia con su incorporación a nuestras filas”. Más aun, sellar alianzas puramente electoralistas, pergeñadas por una “cabeza” que se mantiene en las sombras, y proclamarlas como la renovación de la política.

Un viejo aviso de impermeables decía ¡Hombre prevenido vale por dos! Y cuando el tiempo anda medio loco, lo mejor es llevar el impermeable en el maletín, por si acaso llueve. Porque no hay peor cosa que ser sorprendidos por el temporal, y por falta de memoria, terminar otra vez hechos sopa.

Aníbal Rushan

0 comentarios: