martes, 25 de agosto de 2009

El 25 de agosto de 1825 y la Unidad Rioplatense

Por: Guillermo Sierra
Hoy se cumplen 184 años de una de las grandes efemérides que registra la Historia del Río de la Plata. Dicha fecha llega a nuestros días como el día de la Declaratoria de la Independencia en el calendario patrio de la República Oriental del Uruguay.
Dicho así, y desde el modo tabicado y fragmentado que hemos aprendido y nos han enseñado la historia, no cabría otra alternativa que saludar a nuestros hermanos uruguayos en su día patrio para luego seguir discutiendo acerca del origen del dulce de leche, la empanada, el mate, la torta frita y Gardel.

Por fortuna existen registros de aquella época que a lo largo del tiempo transcurrido han servido para poder leerlos y reinterpretarlos, y cuestionarnos hoy, ciento ochenta y cuatro años después, acerca de aquel pasado y de sus consecuencias en nuestro presente, y tal vez en nuestro futuro.

Es por eso que hoy este “ciudadano de la República Argentina de nacionalidad rioplatense “ que soy, quiere volver su mirada hacia ese día 25 de agosto de 1825, porque encuentra allí la más perfecta pieza de manifestación política de la voluntad del conjunto de representantes del pueblo Oriental, que deseaba terminar con el oprobio de una ocupación violenta y no deseada de su territorio y derechos por parte de los portugueses en primer lugar y luego los brasileros; y manifestaba su voluntad unificadora con el resto del pueblo rioplatense bajo un mismo proyecto nacional.

La Sala de Representantes, órgano legislativo del Gobierno Provincial instaurado por la acción revolucionaria de la Campaña libertadora de los 33 con el Gral. Lavalleja a la cabeza y surgida por la elección de los pueblos orientales que iban siendo liberados en dicha acción, instalada en la villa de la Florida, dictó aquel 25 de agosto de 1825 varias leyes y resoluciones importantes entre las que se destacan,

La primera, llamada Ley de Independencia, invocando: “ La Soberanía ordinaria y extraordinaria que inviste para constituir la existencia política de los Pueblos que la componen… “,
Sancionó las dos siguientes proposiciones:

1º ) “Declara írritos, nulos, disueltos y de ningún valor para siempre, todos los actos de Incorporación, aclamaciones y juramentos arrancados a los pueblos de la Provincia Oriental por la violencia de la fuerza, unida a la perfidia de los intrusos poderes de Portugal y el Brasil, que la han tiranizado, hollado y usurpado sus inalienables derechos, y sujetándola al yugo de un absoluto despotismo desde el año de 1817 hasta el presente de 1825.”

2º) “En consecuencia de la antecedente declaración, reasumiendo la Provincia Oriental la plenitud de los derechos, libertades y prerrogativas inherentes a los demás pueblos de la Tierra, se declara de hecho y de derecho, libre e independiente del Rey de Portugal, del Emperador del Brasil y de cualquier otro del Universo, y con amplio y pleno poder para darse las formas que en uso y ejercicio de su Soberanía estime convenientes”.

A continuación, la Asamblea Representativa dictó una segunda ley, llamada Ley de Unión:

“La Honorable Sala… en virtud de la Soberanía Ordinaria y Extraordinaria que legalmente reviste para resolver y sancionar todo cuanto tiende a la felicidad de la Provincia, declara: Que su voto general, constante, solemne y decisivo, es y debe ser por la Unión con las demás Provincias Argentinas, a quien siempre perteneció por los vínculos más sagrados que el mundo conoce.

Por tanto ha sancionado y decreta por Ley Fundamental, la siguiente:

(Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata, unida a las demás de este nombre en el territorio de Sud América, por ser la libre y espontánea voluntad de los pueblos que la componen, manifestada en testimonios irrefragables y esfuerzos heroicos desde el primer período de la regeneración política de dichas provincias)

Tal vez ese 25 de agosto de 1825 y la proposición de esa segunda Ley de Unión (minimizada en una orilla e ignorada completamente en la otra) sirvan como punto de partida para retomar aquel sueño de Artigas de una verdadera unidad federal para el Río de la Plata, nuestro verdadero y original país, sumando la potencialidad de los Estados en que hoy nos encontramos constituídos.

En resumen: argentinos y uruguayos tenemos en nuestras manos la posibilidad de retomar ese destino de unidad bajo el mismo cielo de éste, nuestro Rio de la Plata.
Ojalá podamos poner en nuestro corazón ese sueño para luego realizarlo.

Salú compatriotas uruguayos rioplatenses. Un abrazo de un argentino rioplatense.
Feliz día !!!
Guillermo Sierra